El 22 de marzo de 1873 la Asamblea
Nacional de la Primera República Española aprobó por unanimidad la abolición de
la esclavitud en Puerto Rico, una de las reivindicaciones sociales más
importantes en nuestra historia. Se produjo tras muchos años de lucha de los
abolicionistas puertorriqueños.
Entre nuestros más destacados
abolicionistas hay que mencionar al Dr. Ramón Emeterio Betances, que se dedicó
a comprar la libertad de los esclavos recién nacidos; Segundo Ruiz Belvis, que
liberó a todos los esclavos que había heredado de su familia y en el 1867
solicitó la abolición de la esclavitud, junto a José Julián Acosta y Francisco
Mariano Quiñones, como comisionados de Puerto Rico ante el gobierno madrileño. No
puede dejarse sin mencionar la intensa labor que desarrolló el hacendado
puertorriqueño Julio L. de Vizcarrondo, que se convirtió en periodista para
promover la abolición. Su labor fue clave para la fundación de la Sociedad
Abolicionista Española en 1865.
La abolición de la esclavitud en Puerto Rico representó
una gran cambio para miles de esclavos que fueron traídos como mano de obra,
principalmente para las plantaciones de caña de azúcar. Para los libertos, el
disfrute de sus derechos no fue inmediato. La ley de la abolición estableció
que no sería hasta cinco años cuando gozarían de sus plenos derechos.